martes, 5 de noviembre de 2013

La vida como una vocación


Las palabras expresas de Cristo: «Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies». Juan Pablo II, en  mayo del 2001. Preocupado por la situación de los jóvenes  «sedientos de valores y muchas veces incapaces de encontrar el camino que a ello conduce». Como en la actualidad aun se vive, nos recuerda ahora,  que «Sí: sólo Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida,  es  necesario hacerles encontrar al Señor y ayudarles a establecer con Él una relación profunda. Jesús debe entrar en su mundo, asumir su historia y abrirle su corazón, para que se dispongan a conocerlo siempre más, a medida que siguen las huellas de su amor».

Me preocupa y me ocupa  el cómo los jóvenes de hoy  tienen sus pensamientos puestos en el poco esfuerzo de ese encuentro con Cristo, por temor al compromiso, por egoísmo, en fin por tantas ocupaciones cotidianas que tienen los jóvenes. Pero es entonces cuando me pregunto   ¿qué hacer  para que el joven tenga ese encuentro con Cristo?  Y he obtenido esta respuesta, primero darlo a conocer con el testimonio de vida, una vida de amor, entrega, servicio, alegría, que nosotros los adultos podemos dar.

Lic. Genoveva Chávez Rendón

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