viernes, 4 de octubre de 2013

La Batalla de Lepanto



En el siglo XVI, los Mahometanos estaban invadiendo a Europa.  En ese tiempo no había la tolerancia de unas religiones para con las otras.  Y ellos a donde llegaban imponían a la fuerza su religión y destruían todo lo que fuera cristiano.  Cada año invadían nuevos territorios de los católicos, llenando de muerte y de destrucción todo lo que ocupaban, y ya estaban amenazando con invadir a la misma Roma.

Fue entonces cuando el Sumo Pontífice Pío V, gran devoto de la Virgen María, convocó a los Príncipes católicos para que salieran a defender a sus colegas de religión.  Pronto se formó un buen ejército y se fueron en busca del enemigo.

El 7 de octubre de 1572 se encontraron los dos ejércitos, en un sitio llamado Golfo de Lepanto.  Los mahometanos tenían 282 barcos y 88,000 soldados.  Los cristianos eran inferiores en número.  Antes de empezar la batalla, los soldados cristianos se confesaron, oyeron la Santa Misa, comulgaron, rezaron el Rosario y entonaron un canto a la Madre de Dios.

Terminados estos actos se lanzaron como un huracán en busca del ejército contrario.  Al principio la batalla era desfavorable para los cristianos, pues el viento corría en dirección opuesta a la que ellos llevaban, y se detenía sus barcos, que eran todos barcos de vela, o sea movidos por el viento.  Pero luego -de manera admirable- el viento cambió de rumbo, batió fuertemente las velas de los barcos del ejército cristiano, y los empujó con fuerza con las naves enemigas.  Entonces los solados dieron una carga tremenda y en poco rato derrotaron por completo a sus adversarios.

Es de notar que mientras la batalla se llevaba a cabo, el Papa Pío V, con una gran multitud de fieles recorría las calles de Roma rezando el Santo Rosario.

En agradecimiento de tan espléndida victoria, San Pío V mandó que en adelante cada año se celebrara el 7 de octubre, la fiesta del Santo Rosario y que en las letanías se rezara siempre:

"María, Auxilio de los Cristianos, Ruega por nosotros"

miércoles, 2 de octubre de 2013

Noticias de la Familia Salesiana

El Rector mayor de los Salesianos, Pascual Chávez, presidió el pasado domingo 29 de septiembre, el envío de la 144ª expedición misionera. La Basílica de María Auxiliadora de Turín estaba repleta de jóvenes salesianos, Hijas de María Auxiliadora y miembros de la Familia Salesiana que celebraron la alegría de ser enviados a evangelizar.  Este año, junto a los salesianos, recibieron el crucifijo 16 Hijas de María Auxiliadora y 6 laicos voluntarios.

La celebración del envío misionero es una tradición que inició el mismo Don Bosco.  El 11 de noviembre de 1875, siempre en la Basílica de María Auxiliadora en Turín, fue entregado el crucifijo misionero,signo del envío evangelizador educativo, a los primeros salesianos destinados a la Patagonia Argentina.  Dos años después, las Hijas de María Auxiliadora también se suman a los Salesianos de manera definitiva en las siguientes expediciones misioneras.  En estos últimos años se han unido los laicos Cooperadores Salesianos y las ONG salesianas.

Los nuevos misioneros provienen de varios continentes y algunos tienen como destino países de Europa, que desde hace algunos años está considerada como tierra de evangelización, por lo que la Congregación Salesiana continua enviando misioneros.

Los misioneros salesianos desde siempre han tenido un especial cuidado por los marginados y los más pobres.  Don Bosco siempre ha insistido a sus hijos a ir al encuentro de los más necesitados y ésa ha sido la principal motivación de las Misiones Salesianas en estos casi 138 años de envío de misioneros.

NOSOTROS PODEMOS SER MISIONEROS desde nuestra comunidad.
Octubre mes de las misiones, mes de solidaridad, mes del rosario.  

Artículo tomado de www.misionessalesianas.org